viernes, 22 de junio de 2012

Litio : De hermano pobre a "oro blanco"

Siguiendo con los materiales que van a tener mucho que decir en este siglo XXI, es curioso cómo ha cambiado la relevancia del Litio en las últimas décadas, y las enormes perspectivas de futuro que se le están abriendo.

El Litio (Símbolo químico Li, nº atómico= 3) es el metal más ligero y el elemento sólido menos denso. Seguro que recordamos la cantinela con que nos aprendíamos en Química la tabla periódica de los elementos: Hidrógeno, Litio, Sodio, Potasio, Rubidio, Cesio y Francio... Pues ahí estaba el Litio, entre el Hidrógeno y el Sodio, dos de los elementos más importantes en la naturaleza. Sin embargo, del Litio se hablaba poco.

Anuncio de sales litinadas
Se dice que ya en la antigua Grecia y Roma se usaban las sales de litio por sus efectos neurológicos estabilizantes. En el siglo XIX se usaba para el tratamiento de la gota, y, desde 1949, para el tratamiento del trastorno bipolar, especialmente para las fases de euforia, donde ejerce de un cierto efecto sedante. Parece que aumenta la síntesis de la serotonina (hormona del bienestar) e inhibe la liberación de la norepinefrina (hormona de la excitación y el estrés).

En los años 50 el "agua de litines" se usaba para mejorar el sabor del agua de grifo. Todavía hoy figura el Litio como uno de los componentes en algunas aguas minerales, como el Vichy Catalán (¿tendrá alguna relación el consumo de este agua en Cataluña con el tradicional "seny"?).
Como curiosidad, la fórmula original del 7Up, en 1929, llevaba citrato de litio, pero fue retirado en 1948.


Desde un punto de vista industrial, la primera aplicación del Litio fue como grasa resistente a altas temperaturas en motores de aviación, y después como combustible en las bombas de fusión nuclear (es un generador del tritio).

Pero el verdadero auge del Litio se produce en los años 80, cuando comienza su uso en las baterías recargables. Baterías de ion-litio (así se llaman) que empezaron a ser vitales en ordenadores portátiles, teléfonos móviles, y demás artilugios tecnológicos.
Y de ahí el paso al vehículo eléctrico. Aquí es donde se disparan las especulaciones sobre su consumo potencial. Algunas previsiones hablan de una producción de 16 millones de vehículos eléctricos en 2021 (un 16% de la producción mundial). Renault es un poco más conservadora, y habla de un 10%. Sea cual sea el número, lo cierto es que la demanda de este tipo de vehículos va a ser creciente y, mientras no se invente otra cosa, la batería de ion-litio es la que va a impulsarlos.

¿Y de dónde va a salir todo ese Litio?
Pues en este asunto, también las cifras son muy variables. La forma más barata de producción procede de las salinas naturales desecadas. Y aquí Chile (salinas de Atacama), Argentina (Hombre Muerto) y Bolivia (Uyuni) tienen las mayores reservas reconocidas. También China y Australia producen ya Litio en cantidades importantes. Y, en el año 2010, un curioso informe de Estados Unidos identificaba a la provincia de Ghazni, en Afganistán, como la "Arabia Saudita del Litio", estimando unas reservas similares a las de Bolivia. Dato que, para algunos, empezó a justificar el empeño de EE.UU. de mantener el control sobre esa zona bélica.


Batería de Ion-Litio del Nissan Leaf
En la actualidad, la investigación en baterías para vehículos eléctricos se dirige a mejorar el ratio entre autonomía de viaje vs. tiempo de recarga, con un tamaño/peso aceptable. Conseguir 160-200 Km. de autonomía con una batería que se recarga en el garaje por la noche ya está superado. Y sería suficiente para el 90% de los usuarios urbanos.  Hace poco, IBM ha anunciado un nuevo tipo de batería que está investigando, de Litio-Aire, y que podría llegar hasta 800 Km. de autonomía, aunque todavía con algunos inconvenientes que resolver.

Otro avance a seguir es la batería de nanoalambres de silicio. Presentada en 2007 por el Dr. Yi Cui en Stanford, anticipa 3.000 ciclos de carga antes de bajar del 80% de su capacidad inicial (muy superior a los 250 ciclos que se suelen dar con los otros tipos de batería). En este tipo de batería, el litio sigue siendo el cátodo, pero el ánodo lo forman nanoalambres de silicio, en lugar del grafito tradicional.

Mientras se concretan estas innovaciones, Chile está liberalizando la producción de Litio (hasta ahora considerado material estratégico y explotado, por tanto, en régimen de monopolio). Y Bolivia ya está construyendo una nueva planta de carbonato de litio, cuya producción prevista es de 30.000 Tm/año a partir de 2017. Con un enfoque muy "Evo Morales", si atendemos a las recientes declaraciones a "El País Semanal" del Ingeniero Luis Alberto Echazú, Gerente Nacional de Recursos Evaporíticos (¡qué gran título para una tarjeta de visita!): "Necesitamos socios, no patronos. Siguen pensando que somos unos tontitos, que tienen que venir a ayudarnos los gringuitos"...

Imagen de la película Blackthorn, de producción española, rodada en el salar de Uyuni


 p.s.: La única explotación de Litio en España está en la Mina Feli, en la Fregeneda (Salamanca). Su (escasa) producción se destina a la elaboración de esmaltes y cerámicas. Parece que, como pasó con el "oro negro", tampoco hemos tenido suerte en el reparto del "oro blanco".

No hay comentarios:

Publicar un comentario