viernes, 20 de julio de 2012

"Oído de iPod", "Pulgar de BlackBerry"...

...y qué más... ¿"Dermatitis dactilar de iPad"? Pues, salvo esto último, que me lo acabo de inventar, parece que el vademecum médico del próximo futuro va a tener que ir incorporando éstas y otras enfermedades o trastornos derivados del uso (incorrecto) de las nuevas tecnologías. Porque ya han empezado a aparecer en las consultas, y su incidencia va a más. Veamos algunas de las más comunes:

La disco 24/7
- "Oído de iPod" - En realidad es la evolución siglo XXI de aquella premonición que hacían nuestras madres, cuando entraban en nuestro cuarto y decían "baja la música, que te vas a quedar sordo como tu abuelo" (total, por 80 decibelios de nada) o el recuerdo que tenemos de ese pitido agudo y penetrante que se mantenía horas después de haber salido de la discoteca ("Saturday Night Fever"). El problema es que, gracias a los MP3, MP4, iPod, y demás artilugios, ahora todo el mundo va enchufado a unos cascos durante muchas horas del día. Y a un volumen no bajo precisamente. Que hay veces que en el autobús se oye perfectamente la música que va escuchando el chaval que va sentado tres filas por delante. Consecuencias: Pérdida grave de capacidad auditiva a edades tempranas. Remedio: Bajar el volumen.


- "Estrés de videoconsola" - La calidad y realismo de los nuevos juegos hacen que, en muchos casos, al enfrentarse a situaciones de tensión se produzca un incremento notable de la actividad cardiovascular y un descenso del ritmo respiratorio. Lo que, unido a un buen nº de horas jugando, lleva al cuerpo a un estrés patológico. También ha habido estudios que demuestran que la música "tecno" que normalmente se añade como fondo a los juegos más "heavy", producen un incremento en la producción de cortisol que se añade a los efectos anteriores. Y todo ello sin olvidar casos más excepcionales, pero reales, de ataques neurológicos graves producidos por los destellos luminosos repetidos en personas fotosensitivas. Remedio: Jugar menos horas (hay quien aconseja tomárselo como un verdadero ejercicio deportivo: calentar articulaciones antes de jugar y estirar una vez acabado el juego).

Cuidado con los pulgares
Músculos asociados al pulgar
- "Pulgar de BlackBerry" - Es un tipo de enfermedad que se encuadra dentro de las "RSI" (Repetitive Strain Injuries"), entre las que, ya hace años, se describía el "síndrome de túnel carpiano" en las personas que tecleaban durante muchas horas en un ordenador en una postura incorrecta de la mano/muñeca. Pues bien, lo que aporta la BB es que, para sacarle rendimiento al teclado, obliga a usar los pulgares de ambas manos, en un movimiento que, en algunas veinteañeras que, como yo, supongo habréis observado, llega a extremos de "epilepsia digital". Esto va dañando algunos tendones, a veces los dedos se quedan "gatillados", y puede derivar en tenosinovitis y cosas más serias. Remedio: Nuevamente, sentido común: espaciar los momentos de uso y la rapidez de tecleo. Aunque aquí, creo que este tipo de teclado tiene los "años contados", si se desarrollan, como espero, los sistemas de reconocimiento de voz y su transcripción directa a lenguaje escrito (¿Siri v.X?).

Forzando el codo
- "Codo de móvil" - Se produce cuando estamos mucho tiempo con el brazo doblado sujetando el móvil en la oreja. Se tensiona un nervio que pasa por debajo del "hueso de la risa" y que controla los dedos pequeños (anular y meñique). Se llama síndrome de túnel cubital; empieza por un hormigueo en los dedos y acaba produciendo debilidad en las manos. Remedio: Manos libres, cambiar el móvil de mano, colgar al pesado al cabo de tres minutos (sigue funcionando el truco de la pérdida de cobertura). A futuro, creo que no necesitaremos las manos para sujetar el artilugio que nos permita hablar o conectarnos a Internet. Algo parecido a las gafas de realidad virtual me parece que resolverá el problema.

Candidata al dolor de espalda
- "Esqueleto de portátil" - Es el dolor en la espalda en general, y en las vértebras cervicales la mayoría de las veces, derivado de posturas inadecuadas cuando estamos trabajando con un ordenador. Y que el uso de portátiles, tablets y demás "gadgets" está potenciando; no hay más que ver los equilibrios que hace la gente con sus equipos cuando trata de trabajar en cualquier postura en salas de espera de aeropuertos, hall de hoteles o starbucks...


Ergonomía clásica, difícil de aplicar con los portátiles








He dejado para el final el aspecto más controvertido del posible impacto de las nuevas tecnologías en la salud humana: si las radiaciones asociadas a su uso (tecnologías "wireless" en general) pueden tener o no incidencia en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
Copio textualmente la conclusión que incluye el National Cancer Institute en su página de inicio sobre el uso teléfonos móviles:  

"Studies thus far have not shown a consistent link between cell phone use and cancers of the brain, nerves, or other tissues of the head or neck. More research is needed because cell phone technology and how people use cell phones have been changing rapidly."

O sea, que hay que seguir investigando, pero que tampoco se descarta. Si a ello le añadimos otro estudio de hace un par de años, que generó bastante polémica, en el que, después de analizar un millar de momias de Egipto y Sudamérica, se concluyó que la prevalencia del cáncer en aquellas poblaciones (incluso en individuos jóvenes) era significativamente menor que en la actualidad, aumenta el nivel de mosqueo . O sea, que algo de lo que ahora comemos, bebemos, respiramos o atraviesa nuestros tejidos pudiera tener tanta o más relación con el aumento de casos de cáncer como el simple hecho de que vivimos más años.
Este es el enlace al artículo aparecido en el Telegraph:
Interesante tema, que seguro seguirá de actualidad en las décadas venideras.

¿Les tendrán que poner etiquetas de aviso como al tabaco?

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