jueves, 8 de noviembre de 2012

Transgénicos: Ni contigo ni sin ti...


Dª Olga Méndez Monsanto
Poco podía adivinar Dª Olga Méndez Monsanto, puertorriqueña descendiente de una familia de judíos sefarditas, que cuando su marido, John Francis Queeny, eligió su apellido materno para nombrar a la compañía química que fundó en 1901, iba a darle, a lo largo del siglo XX y más allá, un polémico protagonismo, seguramente no buscado.

Porque Monsanto (www.monsanto.com , $12 billion de facturación en 2011, 21.000 empleados en 66 países) ha ido jalonando su historia con no pocos productos que han sido el origen de "acontecimientos" muy controvertidos. Entre otros, los PCB's (Policloruros de bifenilos), utilizados durante más de cuarenta años y a los que finalmente Naciones Unidas catalogó como uno de los 12 mayores contaminantes producidos por el ser humano; las dioxinas contenidas en el "agente naranja" , utilizado para laminar las selvas y cultivos de Vietnam durante la guerra de los años 60 y que todavía hoy producen malformaciones en fetos y recién nacidos en la zona; la Hormona de crecimiento bovino recombinante (rBGH), prohibida en la Unión Europea y Canadá por sus "efectos colaterales" en las vacas, y, desde 1996, los alimentos transgénicos, o, como se conocen más técnicamente OGM's : Organismos Genéticamente Modificados.

Proceso de creación de una semilla transgénica
¿Y qué es un alimento transgénico? Pues, en una versión simplificada, consiste en introducir en el genoma de una semilla un trozo de ADN de otra "especie" (planta, animal o bacteria), que le proporcione una serie de características deseadas: mayor tolerancia a determinados herbicidas o antibióticos, mayor tolerancia a los insectos, crecimiento más rápido o en condiciones climatológicas desfavorables, mejor aspecto, mayor duración, etc...
 

El "weed killer"
Un ejemplo ilustrativo:  Monsanto desarrolla un potentísimo herbicida, el glifosato, comercializado con el nombre de Round-up, que no deja hierba, buena o mala, allí donde se extiende. En paralelo, Monsanto desarrolla una semilla de soja transgénica, con un "injerto" de ADN procedente de una bacteria que la hace inmune al .... glifosato, la Soybean Round-up Ready. Negocio redondo: Vende el herbicida y la única semilla que lo resiste. Así se obtienen rendimientos espectaculares por hectárea, pero al precio que determina... Monsanto  (y otras empresas del sector, no vayamos a poner el foco sólo en una).
 
Hay bibliotecas y blogs enteros dedicados a la polémica entre pro y anti-transgénicos. Hasta la propia FAO (Food and Agricultural Organisation) de Naciones Unidas no se moja en un sentido o en otro (aunque los anti la acusan de haber sucumbido a la presión de la industria):
"Hasta la fecha, los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en los campos no han observado daños notables para la salud o el medio ambiente. Además, los granjeros usan menos pesticidas o pesticidas menos tóxicos, reduciendo así la contaminación de los suministros de agua y los daños sobre la salud de los trabajadores,... (argumentos muy cuestionados por los anti)
Sin embargo, que no se hayan observado efectos negativos no significa que no puedan suceder. Los científicos piden una prudente valoración caso a caso de cada producto o proceso antes de su difusión, para afrontar las preocupaciones legítimas de seguridad."
La estadística mundial señala que, en 2010, había unos 148 millones de Hectáreas cultivadas con transgénicos en 29 países (lo que representa un 10% de todos los cultivos). Por países, EE.UU va en cabeza (un 45% de cuota), después Brasil (17%) y Argentina (16%). En la Unión Europea, donde hay una serie de prohibiciones, sólo se cultivan 100.000 Has, y de ellas, el 90% lo son en España (maíz Bt, resistente a insectos).

% de cultivos transgénicos en USA
En ese año, sólamente se daban cultivos significativos en 4 productos: Soja (50% del total), Maíz (31%), Algodón (14%) y Colza (5%), aunque ya hay semillas transgénicas y cultivos experimentales de otros muchos: alfalfa, patata, arroz, remolacha, tomates, caña de azúcar, etc... Uniendo ambas estadísticas, tenemos, por ejemplo, que el 90% de la soja cultivada en EE.UU. y más del 60% del algodón y del maíz son transgénicos.
 
¿Y el futuro? Pues Monsanto tiene claro su objetivo y lo explicita en su página web: "Doblar el rendimiento de las cosechas para 2030, utilizando un tercio menos de recursos (tierra, agua y energía por unidad producida)". Su propio lema es claro: "To grow more with less". Sí, pero, ¿a qué precio? Y no me refiero sólo al "coste".

Un tractor 2.0
En contra tiene a todo el movimiento ecologista y, tal vez, a la demografía. En efecto, si se cumplen las proyecciones de Naciones Unidas, la población mundial se estabilizará en 9.200 millones de habitantes para 2050, y quizá decline de ahí en adelante. Con lo que las necesidades alimentarias de la población se podrían llegar a cubrir con la mejora de rendimientos obtenida por la agricultura "tradicional", sin necesidad de recurrir a la ingeniería genética.
Sin olvidar lo que plantea este interesante informe:
"9 Mitos sobre la Agricultura Industrial y el Hambre" del International Forum on Globalization (quizá un foro no muy neutral):
donde se cita incluso a la Organización Mundial de la Salud (OMS) diciendo que "el hambre es un problema de desigualdad y de mala distribución, no de falta de comida". Y aporta este dato:




"Every year, enough wheat, rice, and other grains are produced to provide every human with 3,500 daily calories. In fact, enough food is grown worldwide to provide 4.3 pounds of food per person per day, which would include two and a half pounds of grain, beans, and nuts, a pound of fruits and vegetables, and nearly another pound of meat, milk, and eggs."

Como decía la copla: "Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque me matas, sin ti, porque me muero". Ojalá que se encuentre un punto medio verdaderamente "sostenible".

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