viernes, 18 de octubre de 2013

Niño: Hay que comérselo todo... hasta el envase

Merece la pena echar un vistazo a la memoria anual de Tetra Laval, el holding con sede en Suiza que agrupa a Tetra Pak (envases de cartón), Sidel (maquinaria para envasado PET) y DeLaval (máquinas de ordeño y de gestión de instalaciones ganaderas).
 
 
¿Dónde acabarán todos estos envases?
Aparte de bien presentada, aporta muchos e interesantes datos sobre el mercado del envasado (que es de lo que va este post; la problemática asociada al ordeño de vacas y a su futuro lo dejamos para otra ocasión).
 
Por ejemplo, que el mercado mundial de litros envasados fue, en 2012, de 1.050.000.000.000 (¿quién los habrá contado?), de los que, en productos de Tetra Pak, "sólo" lo fueron 77.307.000.000 (un mero 8%). Hay que tener en cuenta que todavía se envasa mucho en vidrio, en plástico y en aluminio. El agua se lleva un 27% del total de litros, las "soft drinks" un 19% y los lácteos un 16%. El 38% restante está muy repartido; hay que pensar que entra desde zumos, vinos y bebidas alcohólicas hasta aceites, purés, platos preparados, detergentes, limpiacristales y lo que se nos ocurra.
 
TetraPak original
Curiosa la empresa Tetra Pak. Proyecto personal del sueco Dr. Ruben Rausing, quien, desde 1943 se empeñó en desarrollar un nuevo tipo de envase para leche con el mínimo de material y la máxima higiene. El primer producto comercial, hoy conocido como TetraPak Classic, era eso, un tetraedro creado mediante dos pinzamientos en un ángulo de 90º a una línea continua de envase. El éxito y desarrollo global vino con el TetraBrik, que por su volumen cúbico permitió una revolución en los medios de transporte y almacenamiento, optimizando sus costes. Otros formatos, con diversos tipos de cierre, de tapones y demás se han ido añadiendo a la línea de productos. Hasta llegar a una facturación de 11.155 millones de € en 2012 (que con 23.425 empleados en plantilla da la bonita cifra de más de 476.000 € de facturación por empleado). Y con perspectivas de seguir creciendo año a año. Por crecimiento global del mercado y por arañarle cuota al vidrio y al plástico.
 
Pero el caso es que, en un mundo de creciente preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad a medio plazo, el brik no es todo lo reciclable que debiera. La cuestión radica en que, si se "destripa" uno, se puede ver que está compuesto por 6-7 capas diferentes: 1 de cartón, que es la base y la que le da rigidez, 1 de aluminio, que le aporta el aislamiento a la luz y al exterior, 3-4 de plásticos (polietilenos) para separar capas o para darle aislamiento, más las tintas que se estampan sobre una de las capas para hacerle atractivo al consumidor y las resinas adherentes que lo pegan todo.
Capas del brik en un envase de zumo
 
El caso es que el proceso de reciclado no es sencillo; lo que mejor se separa es el cartón, que se puede volver a usar en otros productos de inferior calidad (embalajes, periódicos...). Para separar bien el aluminio de los plásticos hay que montar unas instalaciones que no son baratas; lo que hacen en algunos países, como Italia, es procesar todo junto en un compuesto nuevo que se puede emplear para hacer pallets, mesas y sillas. Por resumir, así como el vidrio que se recicla puede acabar finalmente en un envase nuevo, no sucede lo mismo con los briks: todo el material que se usa en su fabricación es nuevo. Y el 75% de su peso es cartón. O sea que la selva del Amazonas temblando...
 
Demos ahora un giro de 180º y visitemos esta página web:  www.wikipearl.com
Impulsada por el profesor de Harvard David Edwards y el diseñador François Azambourg, la start-up denominada WikiFoods busca el desarrollo de tecnologías de envasado natural y comestible. De momento ofrecen helados, yogures y quesos de los que se come todo, incluido el envase,  y hasta tienen una "tienda" abierta al público en Paris donde se pueden ver y probar estos productos.
 
Parece un huevo duro, pero es un helado de mango
con envase comestible de coco
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El concepto es tan sencillo que seguro que tiene un futuro espectacular. De hecho, el New York Times Magazine lo ha identificado como una de las 32 innovaciones que cambiarán el mañana.

Hay otras iniciativas que buscan el desarrollo de envases activos biodegradables para productos frescos, como la Pla4Food. Se trata de que los aditivos que permitan la conservación del producto estén integrados en el envase, y no haya que añadirlos a la lechuga, por ejemplo. Hay una empresa de Granada, Domca, que participa en este proyecto y que propone moléculas microencápsuladas procedentes de la pasta de ajo y que tienen propiedades antioxidantes, antibacterianas y antifúngicas... hay que ver lo bueno que es el ajo!
 
Está claro que en las próximas décadas vamos a asistir a una evolución importante en el tipo y características de los envases. Seguro que en los laboratorios de I+D de Tetra Pak ya están trasteando con algún concepto que les asegure continuar con su posición dominante en el mercado. Pero, claro, no nos lo van a dejar ver...

1 comentario:

  1. De verdad, Ángel, que es un gusto leerte. Siempre te adelantas a los Noticiarios. Ayer pillé en las Noticias lo de los envases comestibles ¿lo viste? Mejor tu post que lo que explicaron mil veces.

    ResponderEliminar