viernes, 15 de noviembre de 2013

Tapa Delco, Platinos, Estárter... ¿desaparecerán también las Bujías?

La bujía de siempre
Si al ingeniero alemán Gottlob Honold (1876-1923), jefe principal del taller de Robert Bosch y responsable de la primera patente "comercial" de una bujía para el motor de combustión, presentada en 1902, le trasladáramos en el tiempo 111 años, no tendría ningún problema en reconocer las bujías que hoy se montan en las fábricas de automóviles. Se dice que la bujía es el componente que menos ha evolucionado en más de un siglo de historia del automóvil. Pero parece que esto va a cambiar.
 
¿Seguirá la bujía los pasos de la tapa Delco (la famosa "tapa de la delco") y de los platinos (que en realidad eran de tungsteno), componentes clásicos (y muchas veces problemáticos) de los sistemas de encendido, hoy sustituidos por los nuevos sistemas electrónicos? ¿O del famoso estárter manual, palanquilla que regulaba la mayor o menor pureza de la mezcla de gasolina y con la que había que ser un entendido para arrancar en los meses de frío?.
 
Hay dos nuevas tecnologías, al menos,  pidiendo paso. Lo curioso es que las dos publicitan como "ventaja" el hecho de que están "empaquetadas" en un formato similar al de la bujía tradicional, lo cual hace posible su incorporación a los aproximadamente 1.200 millones de coches en circulación que hay por el mundo, sin tener que cambiar sus motores.
 
Comparación entre bujía de pulso y bujía de arco
La primera es de la empresa Enerpulse (www.enerpulse.com), radicada en Albuquerque (Nuevo México). Su producto es el "Pulstar pulse plug". Aparentemente es muy similar a la bujía convencional. La diferencia radica en que incorpora un capacitor donde se almacena la energía durante unos milisegundos y luego se "dispara" en 2 nanosegundos. Con eso se consigue un "chispazo" con 20.000 veces más energía, lo que se traduce, según la empresa, en mayor eficiencia de la combustión y también en un ahorro energético (cifrado en un 5-6%). En las pruebas realizadas con un Toyota Prius, se consiguieron 4,4 mpg (millas por galón) adicionales.
 

La bujía ACIS
La segunda es del coloso Federal Mogul (www.federalmogul.com), que comercializa, entre otras, la archiconocida marca Champion. La nueva tecnología la denominan ACIS - Advanced Corona Ignition System. Consiste en crear un campo eléctrico de alta frecuencia y alta energía para producir corrientes de iones que prenden la mezcla de fuel en la cámara de combustión de una manera más generalizada y completa. Las pruebas realizadas en un motor turbo de 1.6 litros e inyección directa de gasolina han logrado una mejora en los consumos de hasta un 10%. No es espectacular, pero aseguran los diseñadores que lo importante es que esta tecnología permitirá replantear el conjunto del sistema de encendido/combustión, esperando alcanzar ahorros de hasta un 30%.

Una característica diferencial y muy interesante de esta tecnología es que no hay erosión eléctrica como sucede en los electrodos del arco en la bujía convencional. Lo que quiere decir que, potencialmente, la duración de una bujía de pulso sería ilimitada (claro que no sé si esto lo valorarán de igual manera los distribuidores de repuestos, teniendo en cuenta que en la actualidad se venden como tal unos 1.000 millones de bujías cada año).

Y todo ello a la espera de que el coche eléctrico tenga su eclosión, largo tiempo anunciada y esperada. Entonces, sí que la bujía seguirá el destino de la tapa Delco, de los platinos, del estárter...
 
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Posdata: ¿Y por qué se llaman bujías las bujías?  Hay una curiosa historia de "trasvase" entre el castellano y el francés. Parece que todo empieza en la ciudad argelina de Béjaïa. Allí se fabricaban en la Edad Media velas de cera de gran calidad, que llegaron a ser muy apreciadas en Al Andalus. En árabe, la pronunciación antigua de Béjaïa era algo así como Bujíyya, lo que dio origen al castellano "velas de cera de Bujía", y finalmente a "velas de bujía". De ahí pasó al francés como "chandele de bougie".
Pasaron los siglos y, con el comienzo de la fabricación de automóviles, hubo que dar nombre a muchas nuevas piezas. Muchas adquirieron un nombre francés: biela, bobina, cupé, capó, llanta, polea,... Y también la "bougie", que volvió a pasar al castellano como bujía.

Bonita historia. Y, como se suele decir... "se non è vero, è ben trovato".
 

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