viernes, 14 de marzo de 2014

Jeringuillas... Sayonara baby!

Ojalá que pronto así sea...
Ya hice público en Junio de 2012 ("Sangre artificial y Análisis sin agujas":
 http://reportaje2056.blogspot.com.es/search/label/Sangre%20artificial)
la "pelea" que libra la enfermera con mis venas cada vez que me tienen que sacar sangre, y mi ferviente deseo de que se desarrollen procedimientos de análisis no invasivos. Recientemente he leído dos artículos que tienen que ver con el tema, y que me han parecido interesantes.
 
El primero, en realidad, no tiene que ver con el método de extracción, que sigue siendo mediante "pinchazo", sino con una reducción espectacular en el coste y el tiempo de obtención de los resultados. La invención procede de la School of Biotechnology de Estocolmo, y consiste en modificar un lector convencional de discos DVD´s para convertirlo en un microscopio de escaneado laser. De esta forma puede realizar análisis de sangre y obtener imágenes celulares con una resolución de 1 micrómetro. Las dos ventajas fundamentales son:
 
Lab-on-DVD
1) El coste: Las máquinas actuales para realizar estos análisis suelen costar unos $30.000. Dicen los inventores del procedimiento que, una vez que se entre en fabricación en serie de los lectores modificados, podrían salir por unos $200.
 
2) El plazo: Un test completo de HIV (virus del sida), por ejemplo, puede llevar en la actualidad varios días, mientras que con el "Lab-on-DVD", que así proponen llamarlo, sería cuestión de minutos.
 
Si a esto le añadimos que son equipos más portátiles, y que requieren menos formación para su uso, su potencial en general, y especialmente en países en vías de desarrollo, es tremendo.
 
Aquí se puede leer más sobre esta innovación:
 
El segundo sí que va en la línea de ahorrarnos agujas y pinchazos. Se trata del ANESA (Automatic Non-invasive Express Screening Analyser). Lo comercializa la firma Onkocet, domiciliada en Eslovaquia (qué curioso, ¿no?).
 
Así, sí
Consiste en un dispositivo formado por biosensores que permiten analizar la sangre sin necesidad de pinchar para extraerla y que ofrece los resultados en menos de diez minutos. Se colocan dos biosensores en el cuello (en las bifurcaciones de las arterias carótidas), dos en la axilas y uno en la región umbilical del paciente, que se conectan a un ordenador y calibran la temperatura corporal de la persona.
 
A partir de los cambios  que se producen en el organismo del paciente y de fórmulas matemáticas, el dispositivo puede revisar hasta 131 parámetros bioquímicos, hemodinámicos e inmunológicos de la sangre sin necesidad de extraer muestras, y obtener los resultados en un tiempo de 3 a 12 minutos. Ha sido diseñado por miembros de la Academia Rusa de Ciencias Naturales, la Universidad de Massachusetts y el National Space Biomedical Research Institute.
 
Si tenemos en cuenta que, de nuevo, se añaden las  ventajas de portabilidad e inmediatez de los resultados, es fácil deducir cómo esta innovación permite abrir todo un rango de nuevos usos  en medicina ambulatoria (el paciente no tiene que irse a casa y volver otro día con los resultados), e incluso en la domiciliaria.

Aquí está la página de Onkocet donde se dan todo lujo de detalles sobre el ANESA:
http://www.onkocet.eu/en/produkty-detail/20/1/

No sé; me llama un poco la atención (aparte de lo de Eslovaquia) que si esta propuesta funciona y los resultados son fiables, no haya tenido ya una repercusión mucho mayor a nivel mundial. ¿Habrá muchos intereses económicos alrededor de las jeringuillas y el tratamiento de las muestras de sangre?
 
Goodbye!
En fin, que espero que se sigan produciendo avances en este campo de la analítica, para desterrar la necesidad de usar agujas y jeringuillas (al menos en lo que se refiere a la extracción de sangre; entiendo que puedan seguir siendo necesarias para otros usos hospitalarios). Aunque, por otro lado, lo siento por las fábricas de Becton-Dickinson (ahora se llaman sólo BD) de Fraga y Madrid, líderes mundiales en la fabricación de jeringuillas. Tendrán que espabilar y adaptarse a los nuevos tiempos!
 
 

2 comentarios:

  1. Creo que para la gente que se tiene que pinchar a menudo, como los diabéticos, ya están en uso métodos "no invasivos".

    Para los que vamos de vez en cuando, me parece que tendremos que aguantar "Vampirellas(os)" bastantes años sin otro alivio que una zona mullida para caernos.

    ResponderEliminar
  2. Pues a mí me haría ilusión que no me pinchasen y que con un aparatito me analizaran la sangre mientras me leo un libro. Me pasa lo que a Ángel, que es un martirio cuando me toca pinchoteo. Me dicen que tengo venas huidizas, vamos... que les da miedo la aguja y se esconden. Me han dado todo tipo de trucos las propias enfermeras, como que beba un vaso de agua antes de ir a pincharme, para que se hinchen bien. Ni por esas. Y para colmo de males, suele bajarme la tensión y me tienen que tumbar con los pies en alto. Un show. Tanta es la cosa que no me atrevo a donar sangre, cuando tengo dos donantes en casa. Me da vergüenza... pero es que... ufff, las agujas no son lo mío.

    ResponderEliminar