viernes, 4 de julio de 2014

Un mundo sin PINs ni PONs

Huella digital
Me imagino que también os pasa. Al cabo de un día normal, ¿cuántas claves de usuario, pins , passwords, códigos de seguridad, contraseñas, etc... hay que recordar para tener acceso a los sitios por los que transitamos? Y no me refiero sólo al ordenador, a la página web del banco, o de la compañía telefónica o de Skype, o de Twitter, o Facebook, o Linkedin o...  También, si lo pensamos bien, nos pasamos el día procesando tarjetas por distintos lectores para que nos dejen entrar: Al bus, al Metro, al parking, al edificio de oficinas, a la empresa, a la sala de juntas reservada, a la habitación del hotel... Y lo mismo para sacar dinero del cajero, o café de la máquina, o para pagar cualquier compra.
 
Pues bien, si el anuncio del famoso detergente decía que "el frotar se va a acabar", creo que podemos anticipar que "el "fichar" se va a acabar". Entendiendo por fichar todas esas operaciones de autentificación basadas en algo externo a nosotros. Y todo gracias a avances recientes significativos en la ciencia de la biometría, entendida como la que permite el reconocimiento único de los seres humanos basado en sus rasgos físicos ó en sus rasgos conductuales.
 
Que empezó en serio, hay que hacerle un pequeño homenaje, con el croata nacionalizado argentino Juan Vucetich (1858 - 1925). Quien, en Septiembre de 1891, realizó en Buenos Aires las primeras fichas dactilares y que, pocos meses después, en 1892, tuvo a Francisca Rojas como la primera asesina identificada por las huellas dejadas en el lugar del crimen. El siglo XX fue, podemos decir, el de la explosión de la dactiloscopia como medio de identificación biométrica. Y con un alto grado de fiabilidad. Claro que había que confiar en que el delincuente no llevara guantes...

Reconocimiento por el iris
Y hay que avanzar hasta 1987 para encontrar la primera patente de reconocimiento basado en el iris del ojo, si bien ciertas películas de ciencia ficción ya lo habían adelantado (alguna recuerdo donde incluso los "malos" no tenían ningún reparo en sacarle el ojo al pobre empleado del laboratorio secreto para poder franquear el control de seguridad).

Parece que en este siglo XXI las nuevas tendencias van por dos caminos diferentes:

- en lo que se refiere a rasgos físicos, inherentes a la persona, se avanza en el uso de la tecnología 3D para identificar los rasgos faciales. También en el reconocimiento vascular, bien sea del árbol de venas de un dedo o de toda la palma de la mano. Y en accesorios tecnológicos que reconocen nuestro ritmo cardíaco e interaccionan con el resto de artilugios.

- en lo referente a rasgos conductuales, se ha avanzado mucho en lo que se conoce como "biometría del tecleo". Consiste en reconocer a una persona por la forma en que escribe en un teclado; es decir, el momento y la duración con la que presiona cada tecla; el intervalo de tiempo de una tecla a otra, etc...

Me detengo con un poco más de detalle en unos ejemplos:

Reconocimiento de la venas de la palma de la mano
El escáner PalmSecureTM de Fujitsu se basa en la imagen del tramado de las venas de la palma de la mano tomada con un haz de rayos "casi" infrarrojos. De esta forma, la hemoglobina de las venas se desoxida y hace que las venas aparezcan en un contraste de color negro. Parece ser que el "mapa" de venas de la mano es tan personal como la huella dactilar (a ver si van a tener razón las adivinas gitanas, aunque ellas se queden en las rayas de la superficie). De hecho, Fujitsu da una tasa de "falsa aceptación" (o sea, dar por bueno a quien no debería) de < 0,00008% y de "falso rechazo" (dar por malo a quien debería ser admitido) de < 0,01%. Al corresponder a tejidos internos es mucho más difícil de manipular que una huella. Además, sólo funciona si la hemoglobina se encuentra fluyendo en las venas de la persona (o sea que, aviso a los "malos" de las películas: no vale cortarle la mano al pobre vigilante).

Las aplicaciones son múltiples: seguridad, servicios financieros, control de accesos, asistencia médica, gobierno, automoción, ordenadores,...

La pulsera se "entiende" con el datáfono
También relacionada con los rasgos físicos, en este caso el ritmo cardíaco, que al parecer también nos identifica de manera unívoca,  la pulsera Nymi, creada por Bionym (www.bionym.com)  es muy llamativa. Una vez "activada" y realizado el proceso de verificación de su portador, la pulsera es un "emisor" multidispositivo, que interacciona con el ordenador, con la puerta del garaje, con el arranque del coche, con el datáfono de la tienda,... Y sólo por $79. En este vídeo se puede ver todo lo que la pulsera permite (permitirá, sería más correcto decir, porque para su difusión necesitará ampliar el número y variedad de socios comerciales).
https://www.youtube.com/watch?v=jUO7Qnmc8vE

Y, finalmente, un ejemplo basado en los rasgos conductuales , la "biometría del tecleo". El software Authenware, desarrollado por Authenware Corp. ( www.authenware.com) compañía con los headquarters en Miami, pero con creciente presencia internacional, se posiciona como "software only, no tokens, no scanners - user authentication is easy, cost-effective and reliable!". En este vídeo se explica cómo funciona esto de la "keystroke dynamics":
https://www.youtube.com/watch?v=g7hlK7HGrGc
Quizá sea una solución más orientada a entornos ofimáticos, no tanto a interactuar con otros dispositivos físicos en la calle, pero igualmente muy innovadora. De hecho, hace unos meses BBVA anunció la adopción de este software para autentificar el acceso de sus 120.000 empleados a su intranet corporativa.


Curioso que cada uno tecleemos de forma diferente la misma palabra

En definitiva, que por un camino o por otro, pronto llegará el día en que podamos descargar la memoria de tantas claves de acceso y tantas contraseñas (y superar la angustia posvacacional que te asalta cuando, de pronto, parece que se te han olvidado todas), y aligerar los bolsillos de tarjetas y llaves. ¡Qué alivio!
 

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