jueves, 30 de abril de 2015

Trasplantes de ciencia ficción


El siempre inquietante Boris Karloff
A primeros de año tuvo bastante repercusión en prensa una noticia que parecía que se había escapado del 28 de diciembre. Se refería al Dr. Sergio Canavero (Turín, 1964) y a su propuesta de realizar, con éxito, un "trasplante de cabeza" antes de 2017. Proceso entendido como el de "conectar" toda la cabeza de un paciente con el cuerpo completo de un donante. Según el doctor italiano, "toda la ciencia y la tecnología necesarias están ya disponibles". Sólo es cuestión de juntar un equipo cualificado de 150 especialistas, 36 horas de quirófano y... 10 millones de euros.
 
Las reacciones a esta propuesta no se hicieron esperar, y no fueron "ambiguas". Las más benévolas argüían que la principal dificultad, hoy por hoy no resuelta en la práctica, reside en "soldar" las dos partes de la médula espinal. Y que sin ello, el nuevo organismo sería forzosamente tetrapléjico. A ello Canavero presenta como remedio el polietilenglicol, un compuesto orgánico que al parecer ha dado ciertos resultados en ratas de laboratorio y poco más. Las críticas más contundentes han venido de muchos expertos en trasplantes (entre ellos el Dr. Rafael Matesanz, Director de la Organización Nacional de Trasplantes de España). "Broma de mal gusto" es de lo más suave que le han dicho.
 
El Dr. Canavero
El Dr. Canavero tampoco dice que sea fácil. Según sus estimaciones, la operación implica que el paciente esté en coma inducido 4 semanas y que no se plantee andar antes de un año... Y con un riesgo de rechazo muy alto por parte del sistema inmunitario del donante (nada que ver con los procesos más o menos conocidos y controlados de los trasplantes de órganos). Aún así, afirma que ya cuenta con unos 50 "voluntarios" dispuestos a enfrentarse a todos los riesgos (y revela que en este grupo hay una presencia relevante de transexuales ¡¡¡!!!).
 
La financiación no parece ser el problema: ya hay conversaciones avanzadas con la fundación Proyecto 2045 del ruso Dmitry Itskov, de la que ya hemos hablado alguna vez en este blog. Y el próximo mes de junio, en una reunión de neurocirujanos a celebrar en Maryland, espera obtener el OK de los expertos a la viabilidad de su técnica. Esperemos unos meses.
 
Y, antes de "condenarle a la hoguera", recordemos que, sin tener que ir muy lejos, sólo hasta Valencia, tenemos a un cirujano de primer nivel, pionero en una serie de trasplantes de elevada complejidad y con, hasta ahora, resultados muy positivos:

El Dr. Cavadas
 
El Dr. Pedro Cavadas (Valencia, 1965), desde el Hospital de la Fe, ostenta el siguiente "palmarés":
- En el año 2008 realizó el primer trasplante completo de los dos brazos (por encima del codo)
- En Agosto de 2009, el primer trasplante de cara (el 8º del mundo), incluyendo la lengua y la mandíbula
- En 2011 realizó el primer trasplante simultáneo y bilateral de piernas (amputadas por encima de la rodilla).

Recientemente (marzo de 2015) otro equipo (esta vez del Hospital la Vall d´Hebrón bajo la dirección del Dr. Barret) realizó un trasplante aún más complejo de cara (al paciente se le trasplantaron los dos tercios inferiores de la cara, el cuello, la boca, la lengua y la faringe).

Parece que, en estos casos, a diferencia del problema que presenta la "conexión" de la médula espinal de paciente y donante, el equivalente con nervios periféricos está "resuelto", aunque es un proceso muy lento: en realidad, son los nervios del paciente los que van "creciendo" en los nuevos miembros; las neuronas crecen 1 mm. por día, o sea que se necesitan meses para que se produzca la "reconexión" total de los miembros trasplantados.
 
Cuestión muy diferente, y nuevamente sujeta a grandes debates, son las implicaciones éticas, jurídicas, legales y de todo tipo que supondría un trasplante completo de cabeza. ¿Cobraría un nuevo sentido la conocida frase de "el corazón tiene razones que la razón no entiende"?. Aunque parezca ciencia ficción, no debemos de estar tan lejos.

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La problemática general del mundo de los trasplantes, incluyendo la opción de la medicina regenerativa como alternativa, se trató en este post: "Trasplantes: ¿Y si un día no hicieran falta?" .

La imagen que todos tenemos de cómo finalmente el monstruo creado por el Dr. Víctor Frankenstein cobra vida gracias a la corriente eléctrica generada por un rayo que atraviesa el laboratorio, no figura en el libro de Mary Shelley. En él se habla de galvanismo y de electricidad, pero nada de rayos. Fueron las adaptaciones cinematográficas posteriores las que añadieron este elemento imaginativo.

 
En 1962 se estrenó la película "The Brain That Wouldn´t Die" (El cerebro que no quería morir). En su argumento, un cirujano carente de ética, el Dr. Bill Cortner, está desarrollando una técnica de trasplante de órganos y miembros. Después de que su prometida, Jan Compton, fuera decapitada en un horrible accidente de coche, intenta encontrar a una mujer con un cuerpo bonito para trasplantarle la cabeza que ha podido salvar. La cosa se complica y el final es bastante rocambolesco. La película vale poco, pero se pasa un buen rato.

 

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