viernes, 13 de noviembre de 2015

Reinventar la Educación: volver a hacernos las preguntas básicas

Maestro y discípulo
Hay un trabalenguas que a veces uso y que tiene que ver con la eficacia, la eficiencia, el buen uso de los recursos, etc... Dice: "Es fácil hacer más con más, y también menos con menos. Ahora bien, de lo que se trata es de hacer más con lo mismo, o lo mismo con menos. Y, el ideal, claro está, sería hacer más con menos". A diferencia de los temas anteriores de esta pequeña serie de artículos relacionados con el papel del Estado en distintos ámbitos (Sanidad, Seguridad) donde de lo que se trataba era de hacer "lo mismo o más con menos", en el apartado de Educación me parece que la oportunidad está en hacer mucho más (y mejor) con lo mismo.
 
Porque todos los Estados reconocen el papel vital de la Educación en su posición competitiva futura, y a ella destinan un presupuesto "razonable" (unos más y otros menos, es cierto; en España en 2013 fue un 4,3% del PIB, cuando en 2009 llegó al 5,1%, la diferencia son 8.000 millones de €). Lo que hay que preguntarse es si, con ese mismo dinero, no habría forma de obtener unos resultados mucho mejores. ¿Y cómo medimos la "bondad" de esos resultados? Pues, a bote pronto, hay dos indicadores claros y fáciles de medir: 1) el % de alumnos que terminan la fase "obligatoria" de los estudios y 2) el % de paro juvenil - 16 a 25 años . Habría un tercero, más subjetivo, pero que no nos resultaría extraño en cualquier otro sistema, y sería conocer el grado de satisfacción de los "usuarios" con el mismo.
 
El tema es muy amplio, y creo que merece la pena dividirlo en 2 bloques: A) La educación "obligatoria" (en los términos que cada Estado define: hasta el final de la ESO en el caso de España) y B) la educación "optativa" (a partir del Bachillerato o de la Formación Profesional de grado Medio y toda la educación denominada "superior"). Porque, aunque ambos formen normalmente un "continuo" en el proceso de desarrollo de la persona, creo que los objetivos de cada bloque son distintos, y, por tanto, el enfoque de aprendizaje, el papel del profesor y la organización del "proceso educativo" pueden y deben ser diferentes.  Abordamos en este post el primer bloque y dejamos para otro post el segundo.
 
Hago constar que mis fuentes de inspiración en estos temas (aparte de la experiencia que uno ha tenido como "sujeto paciente" del sistema educativo, hace ya unos años, es verdad, y más recientemente como padre) son, principalmente, tres:
1) Mi amigo y antiguo colega Sebastián Barajas (Barcelona, 1956), autor de "Aprender es hacer (o cómo adaptar el sistema educativo al siglo XXI)" - Ediciones invisibles - 2013.
2) Roger Schank (1946), uno de los pioneros de la aplicación de las ciencias cognitivas a los procesos de aprendizaje, autor de "Teaching Minds (how cognitive science can save our schools) - Teachers College Press - 2011
2) Ken Robinson (Liverpool, 1950) y Lou Aronica (1958), autores de "Escuelas creativas (la revolución que está transformando la educación)" - Grijalbo - 2015.
 
La primera pregunta es clave: ¿Para qué debe servir la educación obligatoria? ¿Qué debe saber / saber hacer un individuo al final de esta etapa para que la inversión del Estado haya "merecido la pena"? Porque partimos de la base de que la tendencia es que en esta etapa la educación sea universal y subvencionada (total o parcialmente) por el Estado (me resisto a decir "gratuita", porque lo cierto es que la pagamos entre todos). Y siempre dejando la alternativa de una educación 100% privada, para el que quiera y pueda pagársela.
 
Pues como respuesta, me gusta la propuesta de Robinson, que identifica 4 fines:
- La educación debe capacitar a los alumnos para:
a) convertirse en personas responsables e independientes económicamente (fin Económico)
b) comprender y valorar su propia cultura y respetar todas las demás (fin Cultural)
c) convertirse en ciudadanos activos y solidarios (fin Social)
d) relacionarse con su mundo interior, además de hacerlo con el mundo que les rodea (fin Personal)
 
Recordemos que estamos hablando de la etapa obligatoria, aquella por la que debe pasar tanto el futuro ingeniero del MIT como el futuro conductor de autobuses, el futuro funcionario del Ayuntamiento y el futuro chef de cocina. Y que en esta etapa, ni al primero le van a enseñar ecuaciones diferenciales, ni al segundo a conducir, ni al tercero la Ley de Administración Local, ni al cuarto las propiedades del nitrógeno aplicado a las verduras.
 
¿Cuántos recuerdas y para qué te ha servido?
¿Y qué merece la pena que todos ellos sepan / sepan hacer al final de esta etapa? Aquí entramos en la tradicional zona de conflicto entre las "asignaturas" que componen los planes de estudios actuales y las "competencias transversales" de las que últimamente se habla: ¿qué es más importante, conocer las circunstancias y los logros del reinado de Felipe II ó adquirir una buena competencia investigadora, que se puede aplicar a la historia, a la biología o a la criminología? Quizá no haya que elegir; quizá es cuestión de cómo se enfoca el proceso de aprendizaje.
 
Robinson trata de romper la "rigidez" y el aislamiento tradicional que supone el concepto de asignatura y lo sustituye por el de "disciplina", donde se combina teoría y práctica, sutil matiz que le permite además introducir la "interdisciplinariedad". Y, para que veamos que se pueden abarcar muchas más materias que las tradicionales, sugiere las siguientes:
- Artes: Música, Danza, Artes visuales, Teatro,... (echo en falta las Artes Plásticas)
- Humanidades: Historia, Idiomas, Filosofía, Geografía
- Lenguaje: Oralidad, Lectoescritura, Literatura
- Matemáticas y Ciencias Naturales:Matemáticas, Física, Química, Biología, Geología, Astronomía
- Ciencias Sociales: Psicología, Sociología, Economía
- Educación Física: Gimnasia, Deportes (rudimentos de Yoga, Meditación,... añado yo)
 
¿Y cuáles serían las competencias "transversales"?  Las 8 C´s (queda bien en inglés y en español):
- Curiosidad : capacidad de hacer preguntas y de explorar cómo funciona el mundo
- Creatividad: capacidad de generar nuevas ideas y ponerlas en práctica
- Crítica: capacidad de analizar información e ideas y elaborar argumentos y juicios razonados
- Comunicación: capacidad de expresar pensamientos y sentimientos con claridad y confianza en una diversidad de medios y formas
- Colaboración: capacidad de colaborar constructivamente con otras personas
- Compasión: capacidad de ponerse en la piel de otras personas y actuar en consecuencia (es algo más que la empatía)
- Calma: capacidad de conectar con la vida emocional interior y desarrollar un sentido de armonía y equilibrio personal
- Civismo: capacidad de implicarse constructivamente en la sociedad y participar en los procesos que la sustentan

Aprendizaje basado en proyectos (Project Based learning)

(Sería interesante hacer un "cruce" entre estas 8 competencias transversales y los 12 procesos cognitivos esenciales propuestos por Schank: Predicción, Modelización, Experimentación, Evaluación, Diagnóstico, Planificación, Causalidad, Juicio, Influencia, Trabajo en equipo, Negociación y Descripción. Intuitivamente imagino una tabla con mucha complementariedad).

Suponiendo que estamos de acuerdo en el "Para qué" debe servir la Educación obligatoria y en el "Qué" deberían saber / aprender los educandos, ¿cómo se consigue?, o, la pregunta muy relacionada: ¿cómo se aprende? Y parece que la respuesta está clara: se aprende haciendo, practicando, participando, explorando, buscando información, probando, compartiendo, contrastando, equivocándose... Todo menos escuchando pasivamente a un profesor durante 50 minutos.

Por eso hay que hablar de:
1) Las metodologías de aprendizaje
2) El papel del profesor
3) El papel de las nuevas tecnologías
4) Los mecanismos de evaluación

Me temo que tenemos para otro par de posts por lo menos...
 

1 comentario:

  1. Gracias, Ángel, por este post. Hay tanto que decir que me pondría a escribir y me extendería demasiado. Pero sí quiero añadirte algo: aparte de los 4 puntos por ti mencionados: las metodologías de aprendizaje, el papel del profesor, el papel de las nuevas tecnologías y los mecanismos de evaluación, creo que hay que hablar también del papel de los Centros Educativos, del papel de las familias y del papel (importantísimo) del propio sujeto que aprende.

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